Curadora Gredna Landolt
La sección de arte contemporáneo de la Amazonía exhibe a reconocidos artistas de pueblos originarios.
Lo que los ojos no ven
Gredna Landolt
El arte amazónico es uno de los fenómenos más importantes del arte peruano contemporáneo del siglo XXI. Artistas provenientes de comunidades nativas se han empoderado de soportes y técnicas del arte occidental para expresar mundos y culturas que les son propios.
“Lo que los ojos no ven” convoca a reconocidos artistas de pueblos originarios: Chonon Bensho, Lastenia Canayo, David Díaz, Dimas Paredes, Gerardo Petsaín, Brus Rubio Churay, Roldán Pinedo (Shoyan Shëca), Wilmer Silvano, Frank Soria, Elena Valera (Bahuan Jisbë), Celia Vásquez y su hija Diana Ruiz, Santiago y Rember Yahuarcani. Asímismo, a las ceramistas awajún Julia Apikai, Luzmila y Virginia Kajekui, Ofemia Mujat y Margarita Tinchu. Igualmente, a destacadas ceramistas shipibo como Florencia Flores Flores, Gloria Amasifuén y Delia Rengifo Cauper, entre otras incluidas en la colección Martín Ccorisapra.
El título de esta exposición se refiere a un tema que les es común: el multiverso habitado por espíritus guardianes o “madres” que protegen a las especies naturales de ser depredadas o dañadas, así como otros espíritus que moran en distintas esferas o espacios que ellos consideran parte del mundo. No pueden verse a simple vista, pero se manifiestan de diferentes maneras: ya sea espontáneamente, bajo diferentes apariencias, o a través de la ingesta de ayahuasca u otras plantas consideradas sagradas, que se utilizan para sanar a las personas y “abrir la visión”. Estos seres se relacionan con los humanos, se emparejan con ellos o intervienen en sus vidas; les conceden o no permiso para la caza, pesca o la tala de árboles. Juegan un papel clave para el equilibrio de las especies.
Los artistas pertenecen a varios pueblos indígenas amazónicos, son de distintas generaciones y utilizan diferentes soportes. Santiago Yahuarcani, notable artista del pueblo Aimeni representado por la galería Crisis, exhibe “Traje de vuelo de chamán”, pintura con tintes naturales sobre corteza vegetal o llanchama. Muestra a un chamán vestido con las pieles de tigre, águila, ciempiés, pez raya y cabeza de culebra -animales de “sangre fuerte”- para protegerse y poder realizar vuelos espirituales a otros lugares y curar enfermos a la distancia.
La obra de Dimas Paredes, discípulo de Pablo Amaringo (fundador de la escuela visionaria Usko Ayar de Pucallpa), se titula “La protección del Mundo”. Allí, las purahuas -seres que habitan en las cochas o lagunas, cuya ferocidad puede destruir el mundo-, se mezclan con personajes de la propia mitología del artista, como la Diosa del universo, que tiene el poder de salvarlo.
Sobre los seres que ejercen gobierno en el espacio del agua, trata una de las obras de Roldán Pinedo (Shoyan Shëca) y de Elena Valera (Bahuan Jisbë), reconocidos pintores shipibos, que alternan su trabajo entre el uso de tierras de color y tintes naturales con el acrílico. Mientras que Lastenia Canayo representa en sus pinturas - así como en figuras talladas por su hijo Wilmer Silvano- a los espíritus guardianes de las plantas. El artista awajún Gerardo Petsaín participa con delicados dibujos, algunos en colaboración con Leslie Searles, realizados en Santa María de Nieva. Talentosos artistas como Celia Vásquez y su hija Diana Ruiz, Chonon Bensho y Brus Rubio, con un trabajo muy potente y original, ahora son representados por el Shipibo-Conibo Center de Nueva York. La obra de Rember Yahuarcani, de un estilo singular, se viene exponiendo alrededor del mundo, mientras que jóvenes como Frank Soria y el fotógrafo David Díaz, empiezan rápidamente a destacar en el medio artístico.
La cerámica awajún, con una estética muy contemporánea, es parte de esta exposición gracias a Irma Tuesta, que ha venido trabajando desde hace muchos años con las mujeres de las comunidades de los ríos Comaina y Cenepa, en Amazonas, de donde ella proviene. Las ceramistas se dirigen a Nunkui -“madre” de la tierra y de los frutos de la chacra- para que las vasijas sean bonitas y bien cocidas. La colección de cerámica shipibo de Martín Ccorisapra es la más importante en su género. En esta muestra se exhiben joni chomos (cántaros antropomorfos) y mahuetás (tinajas) de las comunidades de los ríos Pisqui y Caco. Sus hermosos kené o diseños tienen la particularidad de ser únicos, y sobre su enigmático origen aún no hay certeza. Para algunos, están inspirados en la mítica piel de Ronin, la boa primordial; para otros, en las vibraciones luminosas generadas por la toma de ayahuasca o en las constelaciones o “caminos del cielo”.
“Lo que los ojos no ven” es también una invitación a ir develando toda la riqueza que el arte indígena amazónico encierra y que no se percibe a simple vista.
Estamos frente a un arte vivo, que está consiguiendo cada vez más una presencia destacada en el arte contemporáneo, y que nos seguirá sorprendiendo.
Gredna Landolt Pardo
Artista gráfica, se desempeña como curadora del Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores. Ha sido consultora del Programa de Formación de Maestros Bilingües de la Amazonía Peruana–Formabiap. Entre sus principales curadurías sobre el tema, se cuentan: Amazonías, con Sharon Lerner (Matadero Madrid, 2019); Plantas maestras, visiones del bosque, pinturas de Dimas Paredes (CC Inca Garcilaso, 2019); Awajún y Wampís: Construir, habitar, imaginar el territorio. Dibujos de Gerardo Petsaín (CC Inca Garcilaso, 2015); La Amazonía de Ch. Kroehle. Fotos y postales de fines del S. XIX y comienzos del XX (CC Inca Garcilaso, 2010); El Hombre Lluvia, El Cielo y la Tierra, con Luisa E. Belaunde (Museo de Arte del Centro Cultural San Marcos, 2009); Ani Shëati, La Gran Fiesta Shipibo, con Martín Ccorisapra (CC Inca Garcilaso, 2008); Es nuestra costumbre, bipersonal de Elena Valera y Roldán Pinedo -que integró Amazonía al descubierto, curada por Pablo Macera- (Museo de Arte del CC San Marcos, 2005); Serpiente de agua, la vida indígena en la Amazonía, con A. Surrallés (Estación Cultural Desamparados, 2003); El ojo verde. Cosmovisiones amazónicas, con Pablo Macera y coorganizada con Formabiap (Fundación Telefónica, 2000). Landolt Pardo es miembro del Comité Académico del Museo de Arte de Lima y ha sido curadora invitada a las VI y XXVI Subastas del MALI y de PArC 2019. Ha recibido la Orden Gran Cruz al Mérito del Servicio Diplomático del Perú J. G. Paz Soldán 2021. Es editora de "El ojo verde" y "Serpiente de agua", "Tejidos enigmáticos de la Amazonía peruana" y de "El ojo que cuenta. Mitos y costumbres de la Amazonía indígena ilustrados por su gente".