José Ángel Vincench

Mirando las abstracciones geométricas de José Ángel Vincench (Cuba, 1973), uno no puede dejar de sorprenderse por su luminosidad y su geometría innovadora. El oro es universalmente considerado un material sagrado, un símbolo de trascendencia, como el sol que se eleva sobre la tierra. Vincench trabaja con el pan de oro para someter la luz a su propósito expresivo y estético. Esta luz representa su idealismo —el idealismo de Cuba, del socialismo, la gloria de su Revolución comunista; a pesar de que el capitalismo atesora el oro presumiblemente para el beneficio de todos. Como escribe Vincench: “el oro representa las obsesiones del poder y la economía”. Esta es su paradójica duplicidad: el oro representa el idealismo socialista cubano —con su clima ideal, su vibrante naturaleza floreciente y su luz tropical— y el idealismo capitalista, plasmado en su búsqueda del oro.